Me encantaría haber nacido con una vocación. Siento envidia sana por todos aquellos que lo tenían claro desde el principio.
Y veo claro que en una situación como la que estamos viviendo, es cuando todos a los que se nos llena la boca con atracción y retención del talento, debemos hacer un esfuerzo extra y apuntar bien dónde queremos estar para atraer a todos aquellos que duden dónde encontrarla.
Estoy seguro que, a día de hoy, toda esa juventud que no lo tenía claro, no necesita siquiera apuntar en papel el listado de opciones.
Si hoy preguntamos a cada niño de tres años que quiere ser de mayor dirá que cualquier profesión que está luchando contra ese bichito que está ahí fuera y no les permite salir a la calle, pero cada adolescente que esté aplaudiendo a las 20:00 horas cada día, te dirá emocionado que tiene claro que en unos años lo que querrá hacer es estar aportando algo realmente grande por la sociedad.
Me encantaría que nuestro personal sanitario, nuestros cuerpos y fuerzas de seguridad del estado, todos aquellos que están haciendo que unos pocos podamos vivir esto sin la crudeza de ver lo que ellos ven cada día, recibieran esa ovación nuestra al unísono. Me encantaría que supieran en sus carnes, lo que siente un futbolista con un estadio rendido a sus pies, y luego se lo pudieran remunerar también igual de bien, o por lo menos que estuviera mucho más equilibrado.
Esto nos va a cambiar como sociedad, o al menos es lo que espero. A muchos nos debería servir de reflexión para comenzar una larga introspección (tenemos una buena cuarentena de por medio) y darnos cuenta de cuáles son las verdaderas prioridades y de qué valor añadido estamos aportando en estos momentos.
Hoy, es cuando las empresas que hablan de atracción de talento, y de retención también porque os aseguro que la mentalidad de sus colaboradores no es la misma que hace un mes, deben tomar nota de qué quieren ser de mayores, de qué valor van a aportar para acercarse a su cliente externo, para fidelizar a su cliente interno, pero sobre todo, para atraer al futuro talento que no dudará en trabajar en una empresa que, en estos tiempos, esté volcada en el bien común, en aportar un valor a la sociedad y en tener un buen propósito.
Las empresas tienen una magnífica oportunidad para hacer lo que esté en su mano y generar ese valor añadido de servicio marcado por un buen propósito. No me parecería justo olvidarme de ninguna por lo que no pondré ejemplos que tenemos todos en mente.
Nosotros, ahora, tenemos la oportunidad de realizar esa introspección, de entender qué es lo que nos mueve cada mañana, de entender dónde podemos generar ese valor añadido que nos ayude a movernos, pero, sobre todo, que haga que el resto también se mueva.
Es hora de hacer equipo, de fomentar la unión y estar centrados en construir y nunca destruir, de ser solidario, de estar comprometido con los que nos rodean y de ser responsable de nuestros actos. Es la hora de la verdad.
Y ahora, utilizando una bonita colaboración de José Asunción con el Servicio Madrileño de Salud (SERMAS), o doy las gracias de todo corazón a todos los que estáis trabajando por mejorar esta situación, y sobre todo, las gracias por hacer que nuestros pequeños y nuestros mayores puedan descansar más tranquilos.
¡GRACIAS!
Víctor Segovia
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